martes, 8 de enero de 2013


Dedicado a Nati que siempre me anima a escribir.



Como se va pasando el tiempo, empezábamos el mes de Diciembre y estamos en el día ocho de Enero.

Así se suceden los días los meses y los años, son tantas la navidades vividas, tantos recuerdos. Todo lo que la mente almacena sale a la luz al sonido de una música al olor de un perfume... una voz que te trae ecos del pasado; el paso del tiempo no está claro para el corazón ni para los sentidos. Un atardecer gris con un rojizo cielo en el horizonte un olor a humo, en el anochecer las chimeneas, la brisa fresca del fin del día...

.- ¡Los Reyes los Reyes! ¡Que vienen los Reyes!, los he visto si si los he visto, estaban descargando paquetes en la plaza de la Villa, ¡ya llegan ya llegan!-

Emoción en el alma vello de punta angustia por si acaso no llegaban con lo deseado.

La estufa da un calor que no es el de todos los días, el pasillo está caliente, otros días una servilleta tendida a secar, se queda helada, hoy no, hoy hay calor en la casa, calor en las almas, hasta la cama hoy no está fría, ¿llegaran a traerme...? y si no llegó mi carta, mi tía me ha dicho que los ha visto, sí, descargaban juguetes para los niños de la plaza de la Villa... ¿por qué no habrían de traerme los míos? yo he sido buena, sí, he sido buena; claro que pensándolo bien no, porque yo quería jugar y me escapé, todas las niñas estaban jugando en la puerta de la Sñª Rosa, yo también quiero jugar, el niño ya se ha dormido, salgo rauda por las escaleras, no las piso vuelo sobre ellas, pero en el último peldaño el niño llora, claro pero yo no lo oigo y corro y corro por las escalerillas y llego a la plaza, pena, ya han repartido los papeles yo iba a ser la novia pero como he llegado tarde se lo han dado a otra, yo sé que no es mejor actriz que yo, pero bueno que lo voy a hacer. Encima cuando vuelva tengo la regañina encima, claro porque el niño lloró nada más de llegar a la puerta de abajo, y ¿cómo lo sabia mi madre? ella no me vio salir, ella no sabía si yo estaba lejos cuando el niño lloró.

Quizá por eso los reyes no me traigan nada, pero soy una niña de 7 años, y me gusta jugar.

Me duermo tengo mucho sueño, mañana veré si los Reyes no se han acordado de que yo quería jugar.

Elisa

2 comentarios:

  1. Gracias amiga Elisa.
    Este escrito me lleva a envolverme en esa magia que precisamente por esos días hacía posible que mi niñez borrase cuanto de realidad la vida nos ofrecía.
    Visto desde la distancia digo que fué la etapa mas bonita que guardo como un tesoro.
    Abrazos de Nati.

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  2. Gracias por leerlo, si algo ha despertado en ti me alegro por haberlo logrado.
    Saludos.
    Elisa

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